MEDICINA NATURAL

Medicina natural y vida saludable

Para no oxidarse…

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El envejecimiento está vinculado a la edad. Aproximadamente a partir de los 30 años nuestras células empiezan a perder parte de su capacidad regenerativa, a razón de un 0,8% anual.

Existen factores genéticos importantes que influyen en la evolución del envejecimiento, pero la incidencia de los factores externos y nuestros hábitos de vida pueden adelantar o retrasar la aparición de sus signos y síntomas del envejecimiento. Hoy, podemos afirmar sin miedo a equivocarnos que una dieta equilibrada, rica en fruta y verduras, y una menor ingesta de carne, grasas saturadas y azúcares refinados contribuye de forma contrastada y eficaz a ralentizar nuestro envejecimiento. Tras numerosos estudios se ha podido comprobar que los mecanismos implicados en estos beneficios están mediados por una variedad de enzimas llamadas sirtuínas.
Las sirtuínas, también conocidas como el “gen de la longevidad”, regulan los procesos metabólicos retrasando el envejecimiento y contribuyendo a la prevención de distintos problemas de salud como la obesidad, la diabetes y las enfermedades cardiovasculares. Se ha comprobado que una alimentación baja en calorías afecta directamente a estas proteínas provocando su activación. Las sirtuínas reducen el metabolismo de nuestras células y prolongando su ciclo vital.

Estos descubrimientos han aumentado el interés por conocer cómo activarlas. Y así, han surgido estudios que prueban que una sustancia, de la que seguro que habéis escuchado a hablar, el resveratrol, presente en la uva negra, el vino tinto o las nueces, activan las sirtruínas y frenan el envejecimiento.

Su acción se explica porque bloquea los fenómenos de oxidación que ayudan a combatir los signos de la edad.

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