El pasado 19 de Octubre se celebró el día mundial del cáncer de mama y no quiero dejar pasar ese día sin brindar mi particular homenaje a este problema que afecta a tantas mujeres en España. Desde luego hay motivo para la esperanza. Aunque la incidencia de este tipo de cáncer es elevada; una de cada 8 mujeres desarrollará un cáncer de mama a lo largo de su vida, la supervivencia ha mejorado notablemente en los últimos años. Las mamografías periódicas y el avance de los tratamientos permiten tasas de curación del 90%.
Por eso la campaña de este año estaba protagonizada por una mujer superviviente de cáncer de mama que lanza un mensaje positivo al resto de mujeres sobre la superación de la enfermedad: “YO HE SUPERADO UN CÁNCER DE MAMA”.
A raíz de las noticias publicadas los últimos días, me ha llamado la atención un nuevo método, basado en la aplicación de frío, para evitar la caída del cabello que aparece cuando se aplica la quimioterapia. Está claro que cuando aparece el cáncer de mama, lo primero es curarse, pero el aspecto físico también es importante para que no decaigan el ánimo, las fuerzas y el empeño para recuperarse. Así, este método, congela las células del cuero cabelludo, se quedan “dormidas” y se evita que los folículos pilosos absorban la quimioterapia y el pelo se caiga. Se había hecho aplicando bolsas de hielo directamente sobre la cabeza, pero esto producía quemaduras y fuertes dolores de cabeza, además el frío no era uniforme en toda la cabeza, con lo cual no se conseguían buenos resultados.
Desarrollado en Japón, se trata de una especie de aparato de aire acondicionado que tiene en el extremo un gorro de silicona con unos sensores que van bajando la temperatura del cuero cabelludo de manera progresiva hasta los 5 grados. Después se cubre con otro casco de neopreno que salva las orejas. Unos 20 o 30 minutos antes de comenzar a administrar la quimioterapia, se coloca del casco y se comienza a bajar la temperatura. Una vez que acaba el tratamiento, se mantiene más o menos según el peso corporal y el tipo de fármaco que se administre. Los resultados son alentadores; un estudio ha evaluado a 6.000 mujeres de todo el mundo y un 83% de ellas no han perdido el cabello, aunque sí se ha detectado que cambia un poco la textura, se vuelve más fino y débil, pero no llega a caerse.
Desde luego que el aspecto emocional es importante a la hora de afrontar el tratamiento y también lo es mitigar los efectos secundarios de los medicamentos y la quimioterapia.
Y como siempre la medicina natural tiene cabida en este blog, hoy os quiero plantear los usos médicos del cannabis que están ahora mismo en proceso de estudio. El cannabis o marihuana es la droga más consumida en nuestro país y tras su consumo aparece una sensación de euforia y bienestar y cierto grado de trastornos de la coordinación. Sin embargo hay estudios que apuntan a su eficacia, por ejemplo para las náuseas y vómitos asociados a la quimioterapia contra el cáncer. Hablamos en este caso del “uso medicinal” del cannabis, que no obstante no está autorizado en apenas ningún país. Otros problemas que mejoran con el uso del cannabis son la anorexia que se produce en casos de SIDA y en casos de dolor crónico, en especial el dolor de origen neurológico.
Otras enfermedades en las que se está estudiando su posible uso son la epilepsia o la depresión, sin contar todavía con resultados concluyentes.